Alejado de cualquier preconcepto o postura dogmatica, Emmanuel nos ofrece un amplio análisis sobre los diversos aspectos de la sexualidad humana, con la responsabilidad y la seriedad que estos temas merecen. Según las propias palabras de Emmanuel, "acerca del sexo será adecuado que sinteticemos todas las digresiones en las normas siguientes:
No prohibir, sino educar.
No a la abstinencia impuesta, sí al empleo digno, con el debido respeto a los otros y a uno mismo.
No a la falta de disciplina, sí al control.
No al impulso libre, sí a la responsabilidad.
Más allá de estos términos sólo existen teorías, de modo que nuestro aprendizaje sobre el sexo ha de llegar con posterioridad a la experiencia, o bien a través de la experiencia realizaremos un nuevo aprendizaje".